lunes, 22 de enero de 2018

¡ATRÉVETE A SER MISIONERO!

La Jornada de Infancia Misionera de 2018 se presenta como un reto para todos los niños. Así se desprende del lema que la reside: “¡ATRÉVETE A SER MISIONERO!”.
Todos admiramos en las pelis, en los juegos, en los libros de aventuras y, sobre todo, en la Historia…, a esos personajes, como Hernán Cortés, que quemó sus naves, y nunca se echaron para atrás ante las dificultades, sino que se  atrevieron a dar un paso adelante, aunque ello les suponía muchos  sacrificios y tener que afrontar lo desconocido.
Cuando en la Jornada de Infancia Misionera se nos invita a dejar a un lado los miedos y a  ser atrevidos, no se trata de pelis, ni de juegos.., sino de algo real para nuestra vida y de algo que  niños, como nosotros, han vivido a lo largo de la historia. Veamos algún ejemplo.
Vamos a irnos, en primer lugar, con la imaginación muy lejos, al Antiguo Testamento. En uno de sus libros (II Macabeos 7,1-42)  nos encontramos con el martirio de 7 hermanos, demostrando   todos una admirable valentía; pero de forma singular el más pequeño, que enfrentándose al rey Antíoco le dice: “No obedezco el mandato del rey, obedezco el mandato de la Ley, dada a nuestros padres por medio de Moisés”.
Al principio del cristianismo, otro niño, S. Tarsicio, (actualmente patrono de los monaguillos), cuando los cristianos eran perseguidos por el Imperio Romano, se presta como voluntario para llevar la comunión a los que estaban en la cárcel e iban a ser arrojados a los leones en el circo.  Perseguido por  otros niños paganos, es apedreado por ellos y muere sin que puedan arrancarle su gran tesoro, la Eucaristía, que llevaba oculta en su pecho.
El año pasado se celebró el centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima a tres pastorcillos. Eran tres niños, Francisco y Jacinta, hermanos, y su prima Lucía. Los tres se atrevieron con firmeza inquebrantable a permanecer firmes en la verdad, no negando, como se les pedía, sino  afirmando que la Virgen se les había aparecido, aunque tuvieron que sufrir duras pruebas. Francisco y Jacinta ya están en los altares.
El papa Francisco el 15 de Marzo del año 2016 canonizó, es decir, proclamó santo, a José Sánchez del Río, niño mejicano. En 1926 se levantó en Méjico una revolución que perseguía a muerte a los cristianos.  José ayudó valientemente a los defensores de la fe. Descubierto, se le pide que renuncie a Cristo. Él se niega y es condenado a muerte. Le arrancaron la piel de las plantas de los pies y le hicieron andar hasta la fosa en que iba a ser enterrado. Lo dolores que tuvo que soportar fueron atroces Pero él  se mantuvo firme. Al ser fusilado se atrevió a gritar: valientemente delante de todos ¡Viva Cristo Rey¡
Como vemos eso de ser atrevidos y valientes no es cosas sólo de mayores, también los niños los son.
Quizás nosotros no tengamos nunca que atrevernos  en nuestra vida a cosas  tan duras para ser fieles a nuestra fe y a nuestro Señor Jesucristo; pero sí a algunas cosas más pequeñas pero muy importantes para mostrar y vivir nuestra fe y seguimiento de Jesús, como por ejemplo:
Ø  Atrevernos a vivir cono verdaderos cristianos, aunque  hoy no esté de moda y  veamos que algunos amigos tengan otras costumbres distintas.
Ø  Atreverse a ir a misa y a la catequesis con alegría, aunque otros niños digan que es un rollo.  Nunca puede ser un rollo el aprender las  cosas que nos enseñó   Jesús, que es el  Hijo de Dios y nuestro salvador.
Ø  Atreverse a hacer algún sacrificio, renunciar a una chuches y dar el dinero a las misiones para otros niños que no tiene nada y se mueren de hambre.
Ø  Atrevernos a ser misioneros siempre allí donde estemos; pero también imitando a  otros niños y niñas que, desde pequeños, sintieron la llamada de ir predicar el evangelio a todo el mundo (Mac. 16,15) y ahora forman parte de los 13000 misioneros españoles que están presentes en los cinco continente.

Los misioneros han sido, son y serán siempre hombres atrevidos y valientes  que dan su vida en amor a Dios y a los hermanos. ¿Y tú qué? ¿Te atreves a ser misionero o…?