lunes, 2 de julio de 2012

LA FE EN LAS MISIONES


V ENCUENTRO DIOCESANO DE ORACION Y REFLEXION SOBRE LAS MISIONES (II):
Seguimos nuestra crónica sobre el V Encuentro diocesano de oración y reflexión sobre las misiones
El segundo propósito que nos reúne siempre en este Encuentro es la reflexión sobre la vocación misionera de los cristianos. Este año el tema de reflexión era: “La fe como motor y fuerza  para la Misión y la Evangelización”.
D. Rolando Ruíz Durán, misionero Javeriano, fue el encargado de desarrollar este tema en una charla, que serviría, posteriormente, para la reflexión en los grupos de trabajo.
a/ De entrada hemos de decir que los puntos desarrollados en la conferencia fueron esenciales, clarividentes y salpicados de testimonios vivos. Esto hizo que los asistentes la siguiéramos  no sólo con gusto sino también con interés y gran atención
Rolando puso como punto de partida de su charla  la fe apostólica, la fe petrina,  como piedra angular de toda misión. Esa fe que Pedro profesó ante Jesús y en la que Jesús prometió sostenerle  para que se la confirmase a sus hermanos.
Esa fe también es la de Pablo, que, al final de la vida dice que “ha guardado”. Y, por supuesto, transmitido.
b/ En segundo lugar afirmó que no puede haber misión sin fe. Es verdad que el misionero puede y debe ayudar a los pobres…; pero si se queda en eso no hay misión. Para que haya misión ha de haber transmisión de la fe.
Ahora bien, esa transmisión de la fe se ha de realizar a partir no sólo de lo que uno piensa, sino de lo que uno vive.
A este respecto afirmó que cuando estaba en misión y tenía que afrontar tantas dificultades se preguntaba: ¿Qué es lo que me mueve a hacer esto? Y la respuesta fue: mi fe.
No refirió otro ejemplo preciso de una ancianita africana que hacía muchos kilómetros para poder asistir al retiro de adviento. Uno le preguntó: ¿Dónde vas, ancianita? Voy a la misión a  buscar a Dios  (a encontrarme con Dios). La respuesta de esta ancianita, su sacrificio  fue todo un ejemplo de fe no sólo pensada, sino vivida.
c/ En tercer lugar nos lanzó Rolando un interrogante: ¿Vivimos la fe y la transmitimos?
Nos refirió que,  cuando él trabaja en un banco, antes de seguir su vocación misionera, entró en una Iglesia y vio al director del banco allí rezando.  Se hizo esta reflexión ¡qué maravilla una persona tan importante postrada ante Dios y luego mostrando su fe en el trabajo tratando bien a los demás! Esto le dio ánimos para afianzarse en su vocación.
En España se ve a Dios en la Iglesia; en Méjico (él es de esa nación)  lo veo en la naturaleza, en la familia, en la calle, en el trabajo, en la Iglesia…
Es que Dios, la fe no es sólo una manera de pensar, sino de vivir.
Los jóvenes (a los que hay que evangelizar) buscan la felicidad; pero cuando la ponen en las cosas comprueban que se disipa enseguida, se les escapa de las manos.
Están esperando no sólo los jóvenes, sino todo los hombres” la aparición de los hijos de-Dios”, que les muestren su felicidad y que se puede ser feliz viviendo la fe y creyendo y siguiendo a Dios.
El apartamiento de los jóvenes y de tantos hombres de Dios ¿no puede ser debido a que no encuentran en nosotros esa fe, ese Dios que nos llena de alegría?
d/ Por último, nos vino a decir que muchos hoy parece que en la Iglesia se detienen sólo en transmitir valores (hacen de la religión un moralismo) y no tanto en transmitir la fe.
Hay que educar en la fe para educar en la misión.
La Eucaristía  ha sido, es y será siempre la fuente que alimenta la fe que transmitimos.