V ENCUENTRO DIOCESANO DE ORACION Y REFLEXION SOBRE
LAS MISIONES (II):
Seguimos nuestra
crónica sobre el V Encuentro diocesano de oración y reflexión sobre las
misiones
El segundo propósito
que nos reúne siempre en este Encuentro es la reflexión sobre la vocación
misionera de los cristianos. Este año el tema de reflexión era: “La fe como
motor y fuerza para la Misión y la
Evangelización”.
D. Rolando Ruíz Durán,
misionero Javeriano, fue el encargado de desarrollar este tema en una charla,
que serviría, posteriormente, para la reflexión en los grupos de trabajo.
Rolando puso como punto
de partida de su charla la fe
apostólica, la fe petrina, como piedra
angular de toda misión. Esa fe que Pedro profesó ante Jesús y en la que Jesús
prometió sostenerle para que se la
confirmase a sus hermanos.
Esa fe también es la de
Pablo, que, al final de la vida dice que “ha guardado”. Y, por supuesto,
transmitido.
b/ En segundo lugar
afirmó que no puede haber misión sin fe. Es verdad que el misionero puede y
debe ayudar a los pobres…; pero si se queda en eso no hay misión. Para que haya
misión ha de haber transmisión de la fe.
Ahora bien, esa
transmisión de la fe se ha de realizar a partir no sólo de lo que uno piensa,
sino de lo que uno vive.
A este respecto afirmó
que cuando estaba en misión y tenía que afrontar tantas dificultades se
preguntaba: ¿Qué es lo que me mueve a hacer esto? Y la respuesta fue: mi fe.
No refirió otro ejemplo
preciso de una ancianita africana que hacía muchos kilómetros para poder
asistir al retiro de adviento. Uno le preguntó: ¿Dónde vas, ancianita? Voy a la
misión a buscar a Dios (a encontrarme con Dios). La respuesta de
esta ancianita, su sacrificio fue todo
un ejemplo de fe no sólo pensada, sino vivida.
c/ En tercer lugar nos
lanzó Rolando un interrogante: ¿Vivimos la fe y la transmitimos?
Nos refirió que, cuando él trabaja en un banco, antes de seguir
su vocación misionera, entró en una Iglesia y vio al director del banco allí
rezando. Se hizo esta reflexión ¡qué
maravilla una persona tan importante postrada ante Dios y luego mostrando su fe
en el trabajo tratando bien a los demás! Esto le dio ánimos para afianzarse en
su vocación.
En España se ve a Dios
en la Iglesia; en Méjico (él es de esa nación)
lo veo en la naturaleza, en la familia, en la calle, en el trabajo, en
la Iglesia…
Es que Dios, la fe no
es sólo una manera de pensar, sino de vivir.
Los jóvenes (a los que
hay que evangelizar) buscan la felicidad; pero cuando la ponen en las cosas
comprueban que se disipa enseguida, se les escapa de las manos.
Están esperando no sólo
los jóvenes, sino todo los hombres” la aparición de los hijos de-Dios”, que les
muestren su felicidad y que se puede ser feliz viviendo la fe y creyendo y
siguiendo a Dios.
El apartamiento de los
jóvenes y de tantos hombres de Dios ¿no puede ser debido a que no encuentran en
nosotros esa fe, ese Dios que nos llena de alegría?
d/ Por último, nos vino
a decir que muchos hoy parece que en la Iglesia se detienen sólo en transmitir
valores (hacen de la religión un moralismo) y no tanto en transmitir la fe.
Hay que educar en la fe
para educar en la misión.
La Eucaristía ha sido, es y será siempre la fuente que
alimenta la fe que transmitimos.